A principios de la Dinastía III (c. de 2700 a. C.) las mastabas reales se transformaron en pirámides escalonadas, constituidas con varias gradas, a modo de "escalera gigantesca" que se eleva hacia el cielo.
La primera y más famosa de estas es la pirámide escalonada de Saqqara del faraón Dyeser (Zoser), cuyo arquitecto era Imhotep, que posiblemente quiso crear un monumento que se elevara hacia el cielo, como una gigantesca escalera, con el fin de simbolizar la ascensión del difunto del "mundo terrenal" "hacia los "Cielos".
La siguiente etapa en la evolución de las pirámides, fue la construcción ordenada erigir por el rey Seneferu, la llamada "pirámide romboidal", o "pirámide acodada", en la región de Dahshur, que se considera una etapa intermedia entre la "pirámide escalonada" y la "pirámide clásica", o de caras lisas.