La historia bíblica del último capítulo de Deuteronomio 34:11 narra cómo Moisés, negada la entrada de la Tierra Prometida a la que dirigió a los israelitas desde Egipto, vio la tierra de Canaán desde la cima de la montaña antes de morir. En la Biblia con el canon alejandrino (libro de Macabeo) se señala que el profeta Jeremías escondió el Arca de la Alianza en una cueva en ese monte por mandato de Dios. El lugar exacto del bíblico monte Nebo no se conoce, pues el lugar descrito en la Biblia es para unos el monte Sinaí y para otros las montañas Abarim, al este de la desembocadura del río Jordán en el mar Muerto. Desde estas alturas en el oeste del Jordán, se observa Jerusalén en un día claro.
El SEÑOR le habló a Moisés ese mismo día y le dijo: 49 «Sube a las montañas Abarín, al monte Nebo en la tierra de Moab, a través de Jericó, y mira la tierra de Canaán que les doy en posesión a los israelitas. 50 Morirás en esa montaña que estás a punto de subir y te reunirás con tus antepasados, así como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y se reunió con sus antepasados.
El mosaico del Diaconicón-Baptisterio, con sus escenas de caza y pastoreo de teselas multicolores casi intactas, es uno de los mosaicos bizantinos más notables de Jordania. Fue descubierto en 1976 por Fr. Michele Piccirillo en la sala norte de la Basílica de Moisés, debajo de mosaicos sencillos. También se descubrió una pila bautismal cruciforme.