La iglesia de Stella Maris es un magnifico edificio con el interior revestido de mármol blanco muy brillante y bien colocado, hasta el punto que los peregrinos se preguntan si las pareces están pintadas.
En la cúpula, decorada por el carmelita maltés Luigi Poggi (1924-1928), están representados episodios bíblicos, entre los cuales destaca el profeta Elías que sube al cielo en un carro de fuego.
La estatua de la Virgen del Carmen está situada en el centro del altar mayor, apoyada sobre un pedestal hecho con cedro del Líbano, y es muy venerada por los cristianos del lugar.
Bajo el altar está situada la gruta de Elías en la que, según el Antiguo Testamento, el profeta vivió durante algún tiempo. Dentro se encuentra un altar esculpido en la roca, sobre el cual se apoya una pequeña estatua en bronce del profeta.
En el siglo XII, durante el gobierno de los cruzados sobre la región, grupos de ermitaños religiosos comenzaron a habitar las cuevas de esta zona tratando de imitar al profeta Elías. A principios del siglo XIII, su líder y prior (contemplado en la regla sólo como "Hermano B") habló con el patriarca de Jerusalén, San Alberto, para proporcionar al grupo una regla escrita de vida.
Este fue el acto originario de la Orden de los Hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo, o Carmelitas. El oratorio fue dedicado a la Virgen María en su advocación de la Virgen Estrella del Mar (en latín: Stella Maris). En unas pocas décadas, estos ermitaños monásticos dejaron la Tierra Santa con problemas y propagaron la orden carmelita en toda Europa.
El actual monasterio fue construido entre 1827 y 1836