Los machos alcanzan normalmente de 6 a 7 metros de longitud y de 3 a 3,5 metros de altura a la cruz, con un peso de 5,4 a 6 toneladas, lo que los convierte en los seres vivos terrestres más grandes del mundo.
Los elefantes africanos de sabana son animales notablemente inteligentes. De hecho, los experimentos sobre el razonamiento y el aprendizaje realizados sobre ellos indican que son los afroterios más listos que existen junto con sus primos asiáticos. Esto se debe en buena medida a su gran cerebro, hogar de la famosa "memoria de elefante".
Las manadas están formadas por hembras emparentadas y sus crías de diferentes edades, dirigidas por la hembra de mayor edad, a la que se da el nombre de matriarca. En ocasiones las acompaña algún macho adulto, pero éstos suelen abandonar la manada cuando llegan a la adolescencia y formar bandas con otros animales de su edad, para posteriormente llevar una vida solitaria, acercándose normalmente a las manadas de hembras solamente durante la época de celo. No obstante, los elefantes machos tampoco se alejan en exceso de su familia y la reconocen perfectamente cuando vuelven a encontrarla. En ocasiones, las manadas de hembras pueden fusionarse durante un tiempo, llegando a incluir cientos de individuos. La matriarca decide el camino a seguir y muestra a los demás integrantes de la manada todas las fuentes de agua que conoce y que el resto memorizará para el futuro. La relación dentro de la manada es muy estrecha: cuando una hembra pare una cría, el resto se acerca para "saludarla" tocándole con la trompa; y cuando un individuo viejo muere, el resto lo acompaña en ese difícil tránsito y se queda junto al cadáver durante un tiempo.